Un amor que atravesó los años, las distancias, las catástrofes
Me fue tan fácil ver este drama, se sintió como un abrazo al final del largo camino, era necesario cerrar el año con algo cálido y sin dudas supo ofrecerlo. Los saltos en el tiempo, el ida y vuelta de ese pasado fragmentado y el presente que no termina de mostrarse en su entereza, saben llevar adelante una historia compleja y conmovedora en todos los sentidos. Un romance joven y lleno de diversión fue lo que le dio el toque de frescura para nivelar la carga dramática que la historia de base tenía. Al ver que la historia se desarrollaba en varias temporalidades tuve miedo de que los personajes presentaran cambios extremos, realmente esperaba que algo así sucediera, pero me sorprendió gratamente encontrarme con dos adultos con vidas establecidas y aun así conservando la esencia que un día los hizo enamorarse. Especialmente el personaje de Harumichi, que desde pequeño tuvo que soportar ver a gente que ama padecer cosas horribles, nunca perdió la sonrisa gigante y el carisma que lo hacía ser él. Y la persistencia de Yae es el motor del drama, un personaje femenino que supo ganarse su lugar y acomodar las piezas que estaban sueltas, incluso si ella no era consciente de que así era.
Un guion precioso y justo en los detalles revelados. Es difícil contar una historia con tantos recovecos sin marear al espectador, pero acá la vuelve una aventura amena que te deja con ganas de más. El soundtrack es muy preciso y no hubo momento en el que se vuelva molesto o se sienta que está "demás" porque suenan las canciones que se necesitan para atravesar la historia. Y la fotografía es la parte más bonita. Planos delicados, íntimos y con un cuidado que destaco. A pesar de tener paisajes bellísimos, nunca abusaron de esos como suele suceder en otros dramas y, al contrario, fueron un recurso que contaron una historia paralela, un amor que atravesó los años, las distancias, las catástrofes.
Un guion precioso y justo en los detalles revelados. Es difícil contar una historia con tantos recovecos sin marear al espectador, pero acá la vuelve una aventura amena que te deja con ganas de más. El soundtrack es muy preciso y no hubo momento en el que se vuelva molesto o se sienta que está "demás" porque suenan las canciones que se necesitan para atravesar la historia. Y la fotografía es la parte más bonita. Planos delicados, íntimos y con un cuidado que destaco. A pesar de tener paisajes bellísimos, nunca abusaron de esos como suele suceder en otros dramas y, al contrario, fueron un recurso que contaron una historia paralela, un amor que atravesó los años, las distancias, las catástrofes.
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